Protegete de una estafa con un ciberseguro

Es probable que hayás escuchado que a un familiar o conocido lo estafaron, o peor aún, te pasó a vos.

La era digital tiene enormes ventajas para la humanidad, pero sabemos que viene acompañada de muchos retos en cuanto a seguridad para las personas. Las ciberestafas o estafas digitales son un peligro latente, y una alternativa para protegerte de ellas es adquirir un ciberseguro.

Para entender cómo funciona un seguro de esta clase, primero tenemos que comprender qué es una ciberestafa y cuántos tipos de estas hay.

Las ciberestafas son estafas digitales o en línea. Es decir, una o varias personas inescrupulosas nos contactan por algún medio (teléfono, correo electrónico, redes sociales, etc.) con el fin de robarnos nuestro dinero. Lo hacen de muchas maneras, algunas de ellas:
– Se hacen pasar por empleados bancarios que supuestamente nos contactan para realizar un trámite urgente;
– Si estás vendiendo algo, te llaman fingiendo interés en comprártelo;
– Te envían correos electrónicos de direcciones que simulan ser de de bancos, pero son falsas.

En fin… la lista es larga, así como la cantidad de formas que encuentran los amigos de lo ajeno para robarnos.
Casi siempre buscan lo mismo: apropiarse de nuestros datos personales (como claves bancarias) para entrar a nuestras cuentas y dejarnos sin dinero.

Por eso es importante que te protejás y protejás a los tuyos.

En CoopeAyA ponemos a tu disposición el “Cyber Protección”, ofrecido por la reconocida empresa Océanica de Seguros.

En dos modalidades, la Gold y la Platinum, estas pólizas te ayudan a minimizar los riesgos a los que estas expuesto con el uso de la internet. Aquí te dejamos el detalle de lo que cubre cada plan.

Póliza Gold
Coberturas
– Costo por robo de identidad.
– Perdidas de fraude por instrucción electrónica.
– Perdidas de robo de fondos.
– Perdidas por fraude por compras electrónicas.

Póliza Platinum
Coberturas
– Costo por robo de identidad.
– Perdidas de fraude por instrucción electrónica.
– Perdidas de robo por fondos.
– Perdidas por fraude por compras electrónicas.
– Costos por soporte legal.
– Costos por extorsión cibernética.
– Costos de reposición de hardware informático.

Conocé más aquí.

 

 

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